PARA QUE CREAN Dr. F. J. May y Dr. H. Lynn Stone Sección II · El Buen Pastor alimenta Sus ovejas (Juan 10 -17) Conferencia 10, El Evangelio El Agobiado Corazón De Judas (Juan 14:22-27)
Introducción
En el capítulo catorce, versículo veintidós del evangelio según San Juan, encontramos la última pregunta que los discípulos hicieron a Jesús cuando el Señor se preparaba para dejar este mundo y a Sus discípulos. Ya hemos visto tres preguntas hechas por tres diferentes discípulos, la pregunta de Simón Pedro, la pr egunta de Tomás y la pregunta de Felipe. Ya hemos visto las respuestas a todas esas preguntas que nos traen revelación a los corazones atribulados que encontramos en este mundo.
Ahora veremos la última pregunta, la cual hizo Judas, no Judas el Iscariote.
Escritura: Juan 14:22-27
·Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Os he dicho estas cosas estando con vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo·.
A. Preliminares de la pregunta de Judas a Jesús
1. La extraña pregunta de Judas (no el Iscariote) Nótese la pregunta, ·Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?·
2. Esta es una pregunta rara que proviene de Judas, no el Iscariote. (Qué triste que este hombre haya tenido que pasar su vida entera explicando quién no era él). Esta es una pregunta extraña porque Jesús les acababa de decir: ··conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros·y me manifestaré a él·· Mejor dicho, Jesús les estaba dejando saber que ellos ya estaban dentro; en otras palabras, que habría manifestaciones de Dios en sus corazones, manifestaciones que eran específicas, reales y genuinas. Que le conocerían, que Él sería una realidad.
1. La perplejidad de Judas Pero a este hombre le atribulaba la idea de que Dios se les manifestara a ello s, a los discípulos sin que el mundo lo supiera. Las personas no lo verán, no lo entenderán. Lo que realmente él quería era ese tipo de impresionante manifestación de Dios, Su poder y Su presencia para que todo el mundo pudiera tener conocimiento de dónde estaba Dios. Que pudieran ver hacia cualquier dirección y decir Dios está aquí, Su gloria está aquí. Lo que él quería era ese tipo de religión o adoración que todos pudieran ver.
2. El deseo por una religión que otros puedan ver Creo que la mayoría de nosotros en un momento u otro hemos tenido ese tipo de deseo, de tener una religión que todos puedan ver y reconocer cuando la vieran. ¿Sabía usted que a través de
todas las épocas, a través de la historia las personas han tratado de edificar todo tipo de sistemas que tengan precisamente eso?
Ellos dirían que cuando usted ve cierto tipo de estilo arquitectónico en una iglesia, sabríamos dónde está Dios; o cuando vemos personas vestidas de cierta forma, sabríamos dónde está Dios. Cuando vemos personas actuando de cierta manera, sabríamos dónde está Dios. A esto ellos le llaman ·la manifestación de Dios al mundo·.
4. El deseo de Judas En otras palabras, esto es lo que Judas estaba diciendo, ·Señor, ¿cómo es que le comunicarás al mundo entero que el Padre en realidad ha venido a visitar a Su pueblo? Por supuesto, queremos que te manifiestes a nosotros. Queremos ver en nosotros la manifestación de tu poder, de tu amor, de tu gracia. Pero también queremos que el mundo la vea y reconozca que Tú vives en nosotros, porque enfrentaremos días en los que seremos despreciados, enfrentaremos días en los que estaremos solos, enfrentaremos días en los que seremos afligidos y nos sentiremos débiles, por eso queremos que el mundo nos vea y diga, ·ahí va el pueblo de Dios. Esos son los discípulos del Señor. Ahí van los discípulos que obedecen al Señor Jesús por eso Dios se ha manifestado en ellos··.
B. La respuesta del Señor a Judas (no el Iscariote)
Veamos la respuesta al problema de que Dios sea manifestado al mundo e identificar dónde Dios está, dónde Él obra y manifiesta Su poder. Jesús lo puso en términos claros y quiero que lo veamos y prestemos atención a ello.
1. Jesús dijo: ·el que me ama· En primer lugar, Jesús dijo: ·el que me ama·. Las personas que aman a Jesús son las que reciben la manifestación de Dios. Las personas cuyos corazones y pensamientos están abiertos a la divina manifestación sobrenatural de Dios y Su gloria. Las personas cuya vida está absorta en elamor y la adoración que se extiende hacia el cielo y toca a Dios. ·El que me ama·, dijo Él.
2. Como usted puede ver, ese amor no es un amor que se mantiene contráctil con actos de desobediencia e irrespeto. Algunas veces me apena y otras veces me enoja ver la forma barata en que este mundo usa la palabra amor en la actualidad. Aquí Jesús habla de un amor que se prueba a sí mismo, un amor que se muestra a sí mismo al guardar las palabras de Jesús. De modo que cuando usted ve a un hombre que ama a Dios, cuando usted ve a una persona que guarda y honra las palabras de Jesús, usted puede decir, ·Ahí es donde está Dios. Así es como Dios se manifiesta al mundo. Hay alguien expuesto que revela al Dios Todopoderoso a este mundo·.
1. El poder del Consolador Jesús se mueve rápidamente al versículo veintiséis para enseñarles una vez más sobre el poder del Consolador, este poderoso consolador, este abogado que estará a nuestro lado guiándonos y dirigiéndonos, para darle significado a la vida, para darnos fortaleza y consuelo en los momentos difíciles, para ser Maestro y revelarnos las misteriosas pero bellas y maravillosas cosas de Dios.
A muchas personas les gusta citar el texto que dice: ·Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las cosas que Dios ha preparado para los que le aman·, y pa ran ahí. Pero Pablo no se detuvo ahí, él continuó diciendo: ·Pero Dios nos la reveló a nosotros por el Espíritu· (1 Corintios 2:9, 10). ¡Aleluya!
Quiero decirle que ahora mismo hay en el mundo revelación divina. Hay enseñanza divina siendo llevada a cabo por medio del Espíritu Santo. Ahora mismo en este mundo hay instrucción divina y consuelo divino por medio del poderoso Espíritu Santo a medida que Él manifiesta aDios y revela la voluntad de Dios en el corazón de las personas que se abren a Él.
Él continúa diciendo: ·Mas el consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas·. ¿Hay algún problema por el cual usted esté pasando hoy en día y no puede encontrar la solución? ¿Por qué en vez de correr frenéticamente de aquí para allá, tratando esto y aquello, tratando de razonar en su mente y buscando respuestas, no se retira para doblar sus rodillas frente a Dios, reportándose para sus deberes y doblegándose ante Dios esperando que el Espíritu Santo le ministre? Permita que Él controle su vida, que ore e interceda por usted hasta que usted haya sido tocado de lo Alto, hasta que usted haya recibido poder, hasta que usted haya tocado el trono de la gracia.
Si tan sólo la iglesia aprendiera el impacto total de lo que significa que el Espíritu Santo nos ministre y nos enseñe, entonces nos inclinaríamos ante Dios en adoración. Estimaríamos esos momentos en que estamos juntos en un espíritu como este de unidad, compañerismo y amor. Estimaríamos ese momento cuando estemos en el Espíritu, en el Día del Señor, cuando Dios nos revele Su perfecta y divina voluntad para nuestras vidas por medio de Su Espíritu.
Lo que le estoy diciendo aquí es que el Espíritu Santo está a su lado. Él quiere entrar como el Consolador, como el consejero, como Dios, como maestro y simplemente borrar sus dudas y temores. Él quiere quitar el nerviosismo de su vida. Quiere poner la calidez del amor de Dios sobre su vida para erradicar esos rincones donde usted tenga dudas y temores.
Él quiere venir a su vida, tocar esa área donde usted tiembla con debilidad e indecisión para enseñarle lo que significa creer en Dios, seguirle y obedecer Su Palabra. Permita que Él le enseñe hoy. Permita que el maestro Santo toque su vida con divino poder milagroso. P ermita que Él le ministre y resuelva los problemas de su corazón en este día.
Lo que Él está diciendo es, ·cada vez que vean a alguien que me ama, esa es una manifestación de Dios. Cada vez que vean a alguien que obedece mis palabras, esa es una revelación, una manifestación de Dios al mundo. Cada vez que vean a alguien que vive en el Espíritu, cuya vida está en el Espíritu, que camina con el Espíritu, que es guiada por el Espíritu, que es consolada y fortalecida por el Espíritu, esa es una manifestación del Dios Todopoderoso en este mundo· ¡Aleluya!
¿Quiere usted una religión que las personas puedan ver? Entonces envuélvase y sea lleno del amor de Dios. Permita que fluya en su vida. Obedezca Su Santa Palabra y camine conforme a las páginas de la Palabra de Dios. ¿Quiere usted una religión que alguien pueda ver? Entonces tome el fuego del Espíritu Santo. Sea lleno del Espíritu y el poder de Dios para que el mundo sepa que Dios está obrando en ese medio. ¡Aleluya!
3. El fruto del EspírituÉl continúa hablando sobre el fruto del Espíritu, en particular de Su don de paz y el poder del amor. Él dice: ·mi paz os doy·. ¡Qué torbellino, qué angustia la que tenemos en nuestras vidas hoy en día! ¡Todas esas fuerzas destructivas del miedo, la duda y la indecisión que carcomen la vida de las personas, aun de los cristianos, hoy en día! Jesús quiere que usted tenga Su paz.
No tengo que elaborar el punto. No tengo que recordarle de las pastillas que debemos tomarnos para poder calmar nuestros nervios y ayudarnos a dormir. No tengo que decirle de la medicina que tenemos y que nuestros niños ven. Luego ellos experimentan pensando ·bueno, si papá y mamá las usan, ¿por qué me van a hacer daño?· No tengo que hablarle sobre eso. Usted diariamente vive bajo este tipo de presión, desconsuelos y problemas.
En los últimos días noté que, en la cuadra donde vivo, a un lado vive una familia con la pena de que uno de los hijos está experimentando con drogas. Más abajo, un hombre y su esposa no se soportan, se disgustan, se separan, se pelean. A donde quiera que vayamos hay un espíritu de desasosiego, un espíritu de destrucción, un espíritu de odio y un espíritu de división que está arrasando toda la tierra.
Nos ahoga, aun a nosotros los que nos aferramos a Dios y asistimos a la iglesia. No estamos exentos de Satanás y su poder. Satanás busca destruir nuestros hogares, nuestras vidas, nuestras mentes y llevarse nuestra paz, nuestra estabilidad, nuestra fortaleza interna, nuestro carácter y derribar los principios y el amor.
Necesitamos hacer como Juan y venir al seno de nuestro bendito Señor, amarle y entregarle nuestras almas en llanto y abatimiento hasta que sean vaciadas de confusión, hasta que todo sea aquietado en nuestra mente y seamos llenos de la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento. Él es nuestra paz y si lo sacamos de nuestra vida no tenemos nada más que batallas, aflicciones y problemas.
Si usted saca a Jesús de su mente, se volverá loco. Si lo saca de su corazón, se le hará trocitos. Pero Jesús dijo: ·La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo·. Si usted quiere ver a Dios, si usted quiere ver una religión, una manifestación de una religión que el mundo necesita ver, entonces vuelva su mirada hacia ese hijo de Dios que aun en medio de la tormenta y el conflicto ha aprendido a caminar en serenidad, con la paz de nuestro Señor Jesucristo.
4. Un nuevo mandamiento Entonces Jesús culminó diciendo: ·Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros ·. Y continuó diciendo: ·En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros·.
Creo que algunos de nosotros nunca hemos leído el resto de este pasaje porque hemos pensado que tenemos la iglesia más grande, o tenemos más dinero, o porque nuestro nombre es fulano de tal. De algún modo establecemos prioridades y las cambiamos de tal forma que ha de apenar a Dios. Pero Él dice, ·si quieren que el mundo sepa que son mis discípulos, ámense unos a otros·.
Cuando vemos a alguien que ama a otro de hecho y de palabra, entonces podemos decir que Dios está obrando ahí. Cuando vemos una vida dominada y motivada no por el egoísmo sino por un amor desinteresado por los demás, ahí está Dios manifestado. Amigo, cuando nos amamos los unos a los otros, esa es una revelación de Dios.
Como ve, a los corintios les gustaba jactarse de sus manifestaciones y exhibiciones religiosas, se jactaban de sus dones, de sus profecías y demás. Pero Pablo les escribió corrigiéndoles, regulándoles, fue directo al centro del asunto diciéndoles, ·todo esto es como metal que resuena,
o címbalo que retiñe· (1 Corintios 13:1). Debemos dejar que el amor que viene del Dios Altísimo fluya en nosotros.
La iglesia de Efesios era una iglesia orgullosa. Se jactaba de sus obras, sus labores y de su habilidad de probar a los impostores, probarlos y echarlos fuera. Era una iglesia disciplinada, tenía estructura y tenía fortaleza. Pero Jesús les dijo: ·Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor·y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido· (Apocalipsis 2:4,5).
Entonces, ¿cuál es la respuesta al corazón afligido? ¿A la pregunta que viene del apóstol Pedro, por qué, por qué, por qué? ·No entiendo lo que haces conmigo, o no entiendo lo que quieres de mí·. La respuesta se escucha otra vez, ·Creed en Dios, creed también en mí·voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y·vendré otra vez·.
La respuesta a ese corazón atribulado que mira a Jesús dic iendo, ·Señor, me he desviado del camino. No sé como mover un pie frente al otro. Señor, ¿cómo debo sobrellevar este mundo?· La respuesta sigue resonando a través de los siglos y llega a nuestros corazones y nuestros oídos esta noche. Jesús dice: ·Yo soy el camino, y la verdad, y la vida·.
Por respuesta a Felipe, quien quería entender a Dios, descubrir los misterios de la teología y entender al Padre, Jesús dijo: ·Creedme que yo soy en el Padre·creedme por las mismas obras·Recibid el Espíritu y aprended a orar·.
La respuesta para nosotros es, ·Amemos a Jesús, obedezcamos Su Palabra. Permitamos que el Espíritu Santo obre en nuestras vidas. Demos frutos de paz y amor·. Mi amigo (a), esa es la cura para el corazón afligido aún en este siglo veintiuno en el cual vivimos. Crea con todo su corazón. Llénese del Espíritu. Aprenda a orar. Camine con Dios. Viva en el Espíritu. Reciba Su paz. Dé frutos porque entonces sus dudas, sus temores y sus problemas desaparecerán en Su presencia.
En el capítulo catorce, versículo veintidós del evangelio según San Juan, encontramos la última pregunta que los discípulos hicieron a Jesús cuando el Señor se preparaba para dejar este mundo y a Sus discípulos