PARA QUE CREAN Dr. F. J. May y Dr. H. Lynn Stone Sección III – El Señor reina por medio de Su pasión (Juan 18 -21) Conferencia 4, El Señor Y El Sumo Sacerdote Quien Le Condenó
Escritura:
Juan 18:12-14
Entonces la compañía de soldados, el tribuno y los alguaciles de los judíos, prendieron a Jesús y le ataron, y le llevaron primeramente a Anás; porque era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote aquel año. Era Caifás el que había dado el consejo a los judíos, de que convenía que un solo hombre muriese por el pueblo.
Juan 18:19-23
Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina. Jesús le respondió: Yo públicamente he hablado al mundo; siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y nada he hablado en oculto. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho. Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba allí, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote? Jesús le respondió: Si he hablado mal, testifica en qué está mal; y si bien, ¿por qué me golpeas?
Texto suplementario
Mateo 26:59-68 (Véase también Marcos 14:53-65)
Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte, y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos, que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo. Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti? Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí ahora mismo habéis oído su blasfemia. ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte! Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban, diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó.
A. Trasfondo histórico
1. Anás, el suegro de Caifás Aunque Anás no era el sumo sacerdote cuando Jesús fue apresado, si fue sumo sacerdote desde el año 7 DC hasta el año 15 DC, y, además de su yerno, él tuvo otros cinco hijos que le sucedieron (ISBE, pág. 137). Por lo tanto, era muy poderoso y con toda seguridad era la fuerza motriz detrás del sanedrín. D. M. Evans dice que “mientras Caifás era la cabeza nominal del sanedrín que condenó a Jesús, el anciano Anás era el espíritu gobernador” (Item).
2. Caifás, el sumo sacerdote Caifás es claramente identificado como el sumo sacerdote durante el tiempo que Cristo murió (Mateo 26:57; Juan 18:13). Lucas también dice que él era el sumo sacerdote durante el ministerio de Juan el Bautista (Lucas 3:2) y estaba presente cuando Pedro y Juan fueron llamados ante el sanedrín después del derramamiento de Pentecostés (Hechos 4:6).
3. Secuencia de los eventos No es clara la secuencia exacta de las comparecencias de Jesús ante Anás y Caifás. Sin embargo, pareciera que después del arresto del Señor en el huerto, los alguaciles pasaron por la casa de Anás cuando iban a ver a Caifás. Aunque algunos eruditos piensan que el interrogatorio en Juan realmente se llevó a cabo frente a Anás, este diálogo que es bastante diferente del que aparece en los sinópticos, probablemente fue un interrogatorio preliminar de Caifás.
B. El sumo sacerdote en el Antiguo Testamento Es imposible entender el significado completo de los eventos que acontecieron aquí sin por lo menos te ner un ligero entendimiento de la función significativa del sumo sacerdote en la vida del pueblo de Dios como lo estableció la Escritura en el Antiguo Testamento.
1. El sumo sacerdote y el día de la expiación
a. La ofrenda de los dos machos cabríos La obra más significativa del sumo sacerdote tomaba lugar el día de la expiación. Hay dos cosas que ameritan especial observación. Primero, el sumo sacerdote ofreció expiación de pecados al ofrecer dos machos cabríos. Uno de éstos fue ofrecido por el pecado del pueblo y el otro era expiatorio sobre el cual caían todos los pecados del pueblo.
Después tomará los dos macho cabríos y los presentará delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión. Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel. Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación. Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para ha cer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto…y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto (Levítico 16:7-10; 21-22).
b. La expiación del lugar santísimo La segunda acción importante del sumo sacerdote en el día de la expiación era entrar en el lugar santísimo. Solamente el sumo sacerdote podía entrar al sanctasanctórum y en ese particular día del año. En ese momento el sumo sacerdote hacía expiación por los pecados del pueblo.
Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová. Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto perpetuo. Hará la expiación el sacerdote que fuere ungido y consagrado para ser sacerdote en lugar de su padre; y se vestirá las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas. Y hará la expiación por el santuario santo, y el tabernáculo de reunión; también hará expiación por el altar, por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación. Y esto tendréis como estatuto perpetuo, para hacer expiación una vez al año (Levítico 16:30-34).
2. Las vestiduras sumo sacerdotal Debido a la importancia de sus funciones sacerdotales, el sumo sacerdote tenía que llevar vestiduras sumo sacerdotales antes de entrar al tabernáculo. “Las vestiduras que harán son estas: el pectoral, el efod, el manto, la túnica bordada, la mitra y el cinturón. Hagan, pues, las vestiduras sagradas para Aarón tu hermano, y para sus hijos, para que sean mis sacerdotes”(Éxodo 28:4).
a.
El efod El efod, que era llevado encima de la túnica larga, estaba hecho de “oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido, de obra primorosa” (Éxodo 28:6). Un curioso cinturón, o bella faja dorada, azul púrpura, carmesí y lino fino era llevado con el efod. Iba unido en los hombros con dos piedras de ónice, cada piedra tenía grabados seis de los doce nombres de las tribus. “Y pondrás las dos piedras sobre las hombreras del efod, para piedras memoriales a los hijos de Israel; y Aarón llevará los nombres de ellos delante de Jehová sobre sus dos hombros por memorial” (Éxodo 28:6).
b.
El pectoral de juicio El “pectoral de juicio” era un bolso de aproximadamente nueve pulgadas cuadradas y hecho del mismo material que el efod y el cinturón. Estaba sostenido por dos cordones de oro que a su vez estaban atados al hombro del efod y colgaba hasta el corazón del sumo sacerdote. Tenía doce piedras preciosas, cada una tenía grabado el nombre de las doce tribus de Israel. “Y llevará Aarón los nombres de los hijos de Israel en el pectoral del juicio sobre su corazón, cuando entre en el santuario, por memorial delante de Jehová continuamente”. Dentro del pectoral de juicio se encontraban Urim y Tumim (Éxodo 28:30), éstos fueron usados en ocasiones para determinar la voluntad de Dios (Números 27:21).
c.
El manto del efod La túnica del efod “parece haber sido una túnica sin mangas, de color azul, con alternadas orlas, campanillas y granadas” (ISBE, pág. 2442). “Y estará sobre Aarón cuando ministre; y se oirá su sonido cuando él entre en el santuario delante de Jehová y cuando salga, para que no muera” (Éxodo 28:35).
d.
La mitra La mitra era adornada con una lámina de oro fino que era significativamente especial.
Harás además una lámina de oro fino, y grabarás en ella como grabadura de sello, SANTIDAD A JEHOVÁ. Y la pondrás con un cordón de azul, y estará sobre la mitra; por la parte delantera de la mitra estará. Y estará sobre la frente de Aarón, y llevará Aarón las faltas cometidas en todas las cosas santas, que los hijos de Israel hubieren consagrado en todas sus santas ofrendas; y sobresu frente estará continuamente, para que obtengan gracia delante de Jehová (Éxodo 28:36-38).
3. Resumen del sumo sacerdote del Antiguo Testamento Escogido y ordenado por Dios mismo, el sumo sacerdote y sus hijos después de él debían representar al pueblo de Dios, y, representar a Dios ante el pueblo. Cuando él venía ante el pueblo, él irradiaba la gloria de Dios. Cada parte de su atavío sacerdotal reflejaba algún aspecto de la relación gloriosa que el pueblo de Israel podría tener con su Dios que los había sacado de Egipto.
Cuando el sumo sacerdote entraba en el lugar santísimo en el día de expiación, él era cuidadoso de santificarse él, el pueblo y el santuario. Habiendo ofrecido los sacrificios apropiados cuidadosamente se lavaba, arreglaba el candelero, ponía el pan sin levadura, ofrecía incienso y luego entraba para encontrarse con Dios. Cuando él estaba ante Dios cerca del Arca del Pacto, él llevaba sobre sus hombros y su corazón los nombres de las doce tribus de Israel e iba preparado para interceder en favor de ellos.
C. Jesús ante el sumo sacerdote
Nosotros hemos visto simplemente un breve resumen de la descripción del Antiguo Testamento lo que se suponía que el oficio del sumo sacerdote era al representar al pueblo de Israel. Ahora pasamos a la realidad históric a de lo que la corrupción hace al más santo de los oficios cuando el hombre no se consagra a Dios. Juan anota tres cosas importantes para nuestra consideración.
1. La profecía del sumo sacerdote (Juan 18:14) Juan dice que Caifás fue el que “había dado el consejo a los judíos que un solo hombre muriese por el pueblo”. Nótese la descripción de esa reunión que Juan anota en 11:47-53.
Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales. Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación. Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada; ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca. Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de dios que estaban dispersos. Así que, desde aquel día acordaron matarle.
Éste era el hombre que vestía con el atavío sacerdotal para interceder en nombre del pueblo. Ésteera el hombre que llevaba la inscripción en su mitra, “SANTIDAD A JEHOVÁ”. Éste era el hombre que llevaba los nombres de los hijos de Israel en su pectoral y llevaba sus nombresgrabados en las piedras de ónice sobre sus hombros. Éste era el hombre escogía los dos machos cabríos para hace expiación por los pecados del pueblo y entraba al lugar santísimo cada año para orar a Dios en favor de ellos.
Pero ahora él era el hombre que estaba deseoso de sacrificar la vida de un hombre inocente porque “muchas señales” y “todos creerán en él” y los romanos vendrán y “destruirán nuestro lugar”.
¡Oh, qué malévolos son los caminos del hombre cuando falla al no buscar de Dios! Un hombre puede vestir el más lindo de los vestidos santos y todavía llevar consigo la suciedad del odio. Un hombre puede cumplir todos los rituales religiosos que fueron ordenados por Dios mismo y todavía destruir el mismo templo donde Dios dijo “en el cual me reuniré con vosotros”.
Además, éste era el hombre escogido por Dios, para su oficio sacerdotal, para proclamar un mensaje profético de salvación, “que un hombre muera por el pueblo”. Sin embargo, en vez de que Cristo llegara a ser la piedra angular de su vida, para Caifás Jesús era una piedra de tropiezo. Con un corazón lleno de intento asesino el sumo sacerdote terrenal empezó a interrogar al Sumo Sacerdote del Cielo y la tierra.
2. El interrogatorio del sumo sacerdote a Cristo Juan no da las preguntas específicas que tanto Mateo como Marcos registran. Para su propósito es suficiente decir que el “sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina”.
Jesús contestó que Él simple y abiertamente había hablado a las multitudes en el templo, la sinagoga y en otros lugares populares, y, que no tenía un mensaje, en lo secreto, sólo para unas personas selectas. Esto no significa que Jesús no enseñó a grupos pequeños – nosotros sabemos que sí lo hizo. Sin embargo, Su mensaje a ellos era el mismo mensaje que el de las multitudes.
Hay algunas personas hoy en día que les gustaría que pensáramos que Dios les ha dado a ellos alguna revelación confidencial. Eso está como aquellos anuncios de televisión que afirman que Jesús vino a América y dio una revelación especial al fundador de la religión mormona. Así, alguno hoy en día afirman que Dios les ha dicho esto, o que Dios les dicho aquello. Sin embargo, usted puede estar seguro que Dios no tiene ningún mensaje confidencial. Él proclama la misma verdad desde los púlpitos de las iglesias del norte, del sur, del este y del oeste.
Oh sí, hay hombres y mujeres como Caifás que están más interesados en sus discípulos y sus doctrinas que en conocer al Señor. Puede haber cualquier tipo de mensaje en esos corazones. Pero no provienen de Dios a menos que sea el mismo mensaje que Jesús mismo proclamó en público y que todavía arde en los corazones de aquellos que buscan conocerle a través de Su Espíritu y Palabra.
3. El interrogatorio del Señor al sumo sacerdote Ahora el Señor interroga a Caifás, “¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho”. Jesús no está jugando de “sabelotodo”, ni está siendo irrespetuoso. Este era un proceso judicial. Era la responsabilidad del sumo sacerdote producir por lo menos dos testigos para comprobar la acusación. El acusado no tenía que incriminarse a sí mismo.
Así también en esta ocasión el Señor devuelve la pregunta a aquellos que preguntan por Sus discípulos y Su doctrina. “¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído”. Pregúnteleal hombre que nació ciego, y cuyos ojos fueron abiertos, sobre lo que Él enseña. Pregúntele a Lázaro, quien fue levantado de entre los muertos, sobre Su doctrina. Pregúntele al alcohólico, que encontró una mejor bebida; pregúntele a la prostituta, que encontró un amigo verdadero; pregúntele al desolado, que ha sido consolado en medio del valle de sombra y muerte; pregúntele al desdichado pecador, cuyos pecados han sido perdonados – ¡ánde!, pregúntele a los que han oído, y la respuesta será siempre la misma, “una cosa sé, que habiendo sido ciego, ahora veo” (Juan 9:25).
Algunos han sugerido que cuando Jesús dijo, “Pregunta a los que han oído”, Él apuntó hacia algunos de los que estaban presentes. No sabemos con certeza, pero es razonable pensar que muchos de los que estaban en la multitud le habían escuchado durante los últimos tres años y medios. Pero ni un testigo fue capaz de presentar cargos contra el Señor que había hablado abiertamente delante de ellos, los mismos testigos falsos no pudieron ponerse de acuerdo.
4. Los siervos del sumo sacerdote golpean al Señor Después de que el Señor le dijo al sumo sacerdote que produjera un testigo “uno de los alguaciles, que estaba allí, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote?”. Lapalabra traducida como “alguacil” es “JUPERÉTES” (#5257) que significa “un siervo; en el N.
T. de los oficiales y subordinados de los magistrados” (Thayer, pág. 641). Así que era uno de los siervos del sumo sacerdote y no un funcionario romano el que golpeó a Cristo.
Aunque la VRV dice que él “le dio una bofetada”, la frase literal es, “le dio un golpe” (EDOKEN JRÁPISMA). Mientras un JRÁPISMA era una “bofetada” parece haber sido conectada con la raíz de la palabra cuyo significado es “una vara o un báculo” (JRÁBDOS, #4464). Por consiguiente, debió haber sido un golpe muy doloroso como el dado con una vara, aunque realmente fue dado con la mano. Junto con el golpe el siervo amonestó al Señor por hablarle así al sumo sacerdote.
5. El Señor amonesta al siervo del sumo sacerdote El Señor simplemente habló a su golpeador, “Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien, ¿por qué me golpeas?” Algunos han acusado al Señor de no vivir lo que predicaba, “a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra” (Mateo 5:39). Sinembargo, Él realmente continúa poniendo la otra mejilla pues Sus acusadores continúan golpeándolo con violencia.
Pero eso no significa que esté mal dar una amonestación cuando sea garantizada. El siervo estaba tan cegado por su lealtad mundana al corrupto sumo sacerdote que quebrantó la norma que para la cual el sumo sacerdote había sido asignado a sostener. El Señor, de hecho, mostraba misericordia al siervo al dejarle saber que tan ciega lealtad a un tirano terrenal no era correcta. Aunque se haga llamar el sumo sacerdote, no hay nada malo en hablar la verdad aunque parezca una afrenta a su oficio.
Resumen
Así que Juan nos da un vívido panorama del encuentro entre el Señor y el sumo sacerdote quien le acusaba. Juan no siente que, para su propósito, sea necesario dar todos los detalles de los procedimientos públicos. En cambio, él se enfoca en el diálogo personal que, en toda probabilidad, precedió el más amplio foro anotado por los sinópticos.
Pero el propósito de Juan es que nosotros creamos “que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios” (Juan 20:31). Y verdaderamente, si pudiéramos imaginarnos la escena, seguramente podríamos creenque Él es el Cristo.
Caifás lleva el título de sumo sacerdote. En el día de la expiación judía, él era el responsable de escoger los dos machos cabríos. E n uno, él debía poner los pecados de la nación entera y enviarlo hacia un lugar apartado. El otro, él debía matar fuera del campamento y traer su sangre al lugar santísimo para hacer la expiación por los pecados del pueblo.
Antes de entrar al santuario é l se adornaba con el lindo efod y su curioso cinto o faja; con la mitra santa y la lamina dorada que decía, “SANTIDAD A JEHOVÁ”; con el pectoral y las piedras preciosas que tenían inscritos los nombres de Israel; y con la túnica azul y las campanillas doradas y granadas en su dobladillo. Pero Caifás tuvo miedo que los romanos vendrían y le quitaran su lugar.
Por otro lado, el Señor no se derrotaría por un sumo sacerdote reprobado. Él se volvió el cordero en cuya espalda pusieron los pecados del mundo y los llevaron lejos a un lugar apartado. Con Su propia sangre, Él entró al lugar santísimo en los Cielos, mientras llevaba el pectoral de juicio con nuestros nombres inscritos en Su mismo corazón. Y ahora Él vive eternamente para intercederpor nosotros, Él conquista a todos los enemigos porque de Su frente destella “SANTIDAD A JEHOVÁ”.
Aunque Anás no era el sumo sacerdote cuando Jesús fue apresado, si fue sumo sacerdote desde el año 7 DC hasta el año 15 DC, y, además de su yerno, él tuvo otros cinco hijos que le sucedieron