¿SON MALOS LOS JUEGOS DE AZAR? Pastor Billy Wilson

“Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo. Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice: ‘Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes’. Y así lo hicieron los soldados” (Juan 19:23-24).

Una de las escenas más tristes en la historia humana se registra en este pasaje. A la sombra de la Cruz con Jesús muriendo en un madero, tres soldados echaron suertes sobre Su manto y buscaron sacar ganancia de Su muerte. Los juegos de azar, la avaricia y la corrupción están ganando campo a pesar del poder de la Cruz.

Los juegos de azar han existido desde tiempos antiguos. Dados con números en los cuatro lados se han encontrado en Egipto, éstos muestran fechas de miles de años antes de Cristo. Mesas de apuestas se han encontrado en las ruinas de Pompeya. Tácito, el historiador romano que vivió cerca del año 100 D.C., anotó que los juegos de azar eran comunes entre las tribus de Alemania.

Los Estados Unidos ha sido influenciado por los juegos de azar desde su fundación. En 1612, el gobierno británico coordinó un juego de lotería para ayudar a la nueva colonización de Jamestown, Virginia. En 1776, el Primer Congreso Continental vendió boletas de lotería para ayudar en la construcción de la ciudad de Washington,

D.C.

Sin embargo, en los últimos años ha habido una literal explosión de los juegos de azar en

los Estados Unidos y alrededor del mundo. Las loterías en los Estados Unidos han aumentado rápidamente sus ingresos de $978 millones en 1980, a más de $10 billones en 1994. La revista New York Times ha declarado que los norteamericanos apuestan más de lo que van al cine, a las operas y a los conciertos (todos los eventos combinados), y gastan seis veces más en los juegos de azar que en los deportes espectaculares combinados. Los juegos de azar legales han incrementado a un 2000% en el país desde 1976. Desde el Internet hasta el crecimiento de los Casinos en las nuevas instalaciones alrededor del mundo el juego de azar ha crecido fenomenalmente en la última parte del Siglo 20.

Con todo este crecimiento, pareciera que la pregunta real concerniente a los juegos de azar se pierde en el tema principal, el juicio de Dios con respecto a los juegos de azar. ¿Son malos los juegos de azar? ¿Qué pasa si no lastima a nadie? ¿Qué ocurre si el jugador de apuestas nunca se vuelve adicto? ¿Qué ocurre si es una situación de apuesta controlada? ¿Realmente son malos los juegos de azar? Si es así, ¿por qué?

1. Los juegos de azar ultrajan el amor por nuestro prójimo

Jesús nos enseñó que hagamos con los otros como queremos que ellos hagan con nosotros. En realidad los juegos de azar ultrajan la ley de Dios. Para que alguien gane en los juegos de azar, alguien más tiene que perder. Y en realidad el mediador es la agencia de los juegos de azar, que acumulan ganancias proveyendo este servicio.

2. Los juegos de azar representan una mayordomía deficiente

Los principios de la Palabra de Dios indican que debemos ser mayordomos de lo que se nos permite tener. Ser un mayordomo significa que no poseemos las cosas, sino que cuidamos

de ellas para nuestro Señor. Cuando arriesgamos las finanzas que el Señor nos ha dado, significa

que estamos arriesgando los recursos que el Señor ha puesto bajo nuestro cuidado.

3. Los juegos de azar son motivados por la avaricia “Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6:10).

Los juegos de azar son motivados por lo que el Señor llama la raíz de todo mal – el amor al dinero. Aun las loterías administradas por el estado muestran deseo por obtener más y esto es lo que motiva a las personas a comprar las boletas. No es el deseo de apoyar una causa en particular. Un estado promociona su lotería con un lema publicitario “juegue con una corazonada para ganar una pilada”. La mayoría de los juegos de azar son una evidente apelación a la avaricia del hombre. Aun así, la Biblia es clara cuando dice que aquellos que son avaros tendrán muchos dolores.

4. Los juegos de azar alimentan la parte equivocada de nuestra naturaleza

Existe cierto grado de satisfacción obtenido de los juegos de azar que alimentan nuestra naturaleza carnal más que nuestra naturaleza espiritual.

5. Los juegos de azar se burlan de nosotros al igual que de los no creyentes

Aunque Las Vegas y otros lugares alrededor del mundo que están envueltos en las apuestas y los juegos de azar han atentado a hacer de estas instalaciones locales “orientadas a la familia”, el hecho es que las personas que frecuentan los establecimientos de juegos de azar viven vidas, en muchas formas, contrarias a la Palabra de Dios. La participación en las actividades de juegos de azar muchas veces significa un voto al vicio de su ciudad o parte del mundo. Como cristianos debemos votar en contra de los juegos de azar y todo lo que esto envuelve.

6. Los juegos de azar pueden causar adicción

Siempre existe un alto potencial para que los juegos de azar se vuelvan adictivos. Hay muchas señales en una persona que se está volviendo un jugador habitual. En 1996, el Illinois Institute for Adiction Recovery at Proctor Hospital (Instituto para la Recuperación de la Adicción del Hospital Proctor, en Illinois) estimó que un 3% de la población adulta experimentará un serio problema con los juegos de azar que resultará en una deuda significativa, ruptura del hogar, pérdida de trabajos, actividad criminal o suicida.

A. Siempre arriesgándose.

B. Nunca aprende de sus derrotas. Empieza a jugar por más tiempo, más a menudo y con mayores cantidades de dinero.

C. Nunca están dispuestos a parar cuando están ganando. Están muy ocupados en los juegos.

D. Siempre dispuestos a arriesgar demasiado, muy pronto, muy rápido.

E. Sufre la tensión de placer-dolor – persiguiendo, siempre tratando de ganar lo perdido. Tiene efectos adversos en el trabajo, finanzas personales y reputación.

7. Los juegos de azar son malos porque comunican a nuestros hijos un sentido de valores equivocados. ¿Qué le estamos dando a nuestros hijos? ¿Un legado para dar? ¿ Un legado para

amar? ¿ Un legado para cuidar? ¿Estamos dispuestos a enseñarles que hay más bendición

dando que recibiendo?

¿Les enseñamos las lecciones reales de la vida?

La sombra de la Cruz – ganancia había sido buscada mientras que el sacrificio más

grande de la vida había sido entregado en aquel madero.

Libérese de los juegos de azar hoy mismo. Regrese a la Cruz. ¿Está el propósito de su vida en la emoción de ganar o en la emoción de dar?