PARA QUE CREAN
Dr. F. J. May y Dr. H. Lynn Stone
Sección I – La Luz del mundo continúa brillando (Juan 1:9)
Conferencia 6, Vida De Lo Alto (Juan 3:1 -16)
A. Jesús y los judíos
1. Jesús purifica el templo
En la parte final del capítulo dos, encontramos una anotación que Juan hace acerca de que Jesús
había venido al templo con lo que se conocía como la purificación y limpieza del templo. Lo que
Jesús hizo fue un acto notable porque abiertamente, al entrar al mismo centro del templo y sacar
a los negociantes, atacó todo lo que el judaísmo creía.
Jesús no fue crucificado por decir, “Considerad los lirios, como crecen . . .”. Realmente fue
crucificado por decir, “mira a los ladrones en el templo como roban”. Él vino combatiendo
contra la religión de los judíos y señaló su vacío y desperdicio.
2. Jesús y el árbol de higuera estéril
Cuando Jesús vino al árbol de higuera estéril y se detuvo frente a ese árbol, con vista al templo, y
prometiendo dar fruto sin tener ninguno; ahí Él representó la parábola. Maldijo a la higuera
diciendo, “Nunca jamás coma nadie fruto de ti” (Mateo 21:18-22; Marcos 11:12-24).
También les estaba diciendo a Sus discípulos que la maldición de Dios cae sobre el templo con
una religión vacía. Se ve bien, pero no tiene vida ni da fruto. Hace promesas a las personas en
vez de suplir las necesidades de las personas en este mundo, es vacía y es un desperdicio. Lo que
realmente está diciendo es que de aquí en adelante nadie encontrará paz, nadie encontrará el
fruto de la vida, nadie encontrará el perdón y el amor, y, nadie encontrará vida verdadera en el
árbol de higuera estéril del judaísmo.
Cuando Jesús vino, Él vino con azote sobre esas preciadas tradiciones. Pasó por sobre sus
preciados reglamentos. Amó a los despreciables. Tocó a los intocables. Él recibió a aquellos que
los judíos siempre segregaban o hacían a un lado. Luego hizo que todo el mundo, especialmente
los judíos se maravillaran ante Él.
3. Nicodemo viene de los fariseos
Así es que los judíos enviaron a Nicodemo para examinarle, para probarle, para ver quién
realmente era Él y lo que verdaderamente enseñaba. Los evangelios confirman el hecho de que
después enviaron, lo que el hermano Culpepper llama un “compinche tras otro”, para tratar de
embaucarle. Pero, por ahora, en esta primera ocasión enviaron a su mejor educado, distinguido,
actualizado erudito y líder en sus comunidades. Y viene a Él por la noche, era hombre de los
fariseos, lo cual significa que era un hombre altamente religioso.
Eso debió haberle sonado muy bien a Jesús. Nicodemo era gobernante entre los judíos. Tenía una
posición importante en el Sanedrín. Esto tenía que haberle impresionado a Jesús, a este joven
profeta de Galilea. Nicodemo era un gran maestro en Israel. Esto significa que era un teólogo
diestro. Eso de bía impresionarle a este predicador inexperto y campesino que no tenía
credenciales para ofrecer a Israel.
B. El primer intercambio de conversación – La demanda divina (vv. 2-3)
1. Los primeros comentarios de Nicodemo
En el primer intercambio de su conversación, Nicodemo inicia de una manera sutil, suave y
diplomática. Si usted quiere aprender a ser bien discreto y diplomático, subraye el acercamiento
de Nicodemo a Jesús. Le dice, “Rabí”, y casi podemos escuchar lo que realmente está diciendo
porque él es el rabí. Era Nicodemo el reconocido como el gran maestro. Era el “principal entre
los judíos”.
Nicodemo le dice, “Rabí, sabemos”. Nótese que él incluye el plural “nosotros” y no el singular
“yo”, lo cual nos deja saber que estaba representando a alguien más. Y dice, “Rabí, sabemos que
has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no
está Dios con él”. Lo deja ir lentamente y sin rodeos.
Creo que cualquiera de nosotros, especialmente un predicador campesino como yo, nos
hubiéramos enaltecido al escuchar las palabras de cumplido cuando dijo, “Hombre, sabemos de
ti y sabemos algo de tu autoridad, te hemos visto en acción, sabemos de tu poder y todo lo
demás”.
Pero eso no le impresionó a Jesús. Más bien ignoró todos estos grandes tributos que Nicodemo le
estaba dando y le contestó tan franca y abruptamente que era casi como si le dijera, “¡Ahora,
escucha! No vamos a ningún lado jactándonos el uno y del otro”. Creo que aquí Él nos da un
buen ejemplo porque va directo al grano – al punto del por qué Nicodemo había venido y al
punto que quería dejarle saber a Nicodemo.
Pienso que algunas veces perdemos el tiempo cuando no vamos directamente al grano con Dios.
Hay algo que decir sobre el encontrar a Jesús de frente y dejar a un lado toda farsa y pretensión
pasando directamente al punto – al punto de nuestra necesidad, al punto de nuestras preguntas, al
punto de nuestra confusión, dudas o problema, o lo que sea que tengamos.
2. La respuesta de Jesús a Nicodemo
Cuando Jesús contestó, Él estaba mirando a Nicodemo y todas sus credenciales jactanciosas, su
orgulloso nacimiento, todo lo que él significaba y de todo lo que él se enorgullecía. Jesús ve todo
esto de un sólo vistazo. Él lee a este hombre como si fuera un libro. Ahí estaba, lleno del orgullo
de una nación, orgullo de religión, orgullo de nacimiento, orgullo de sus títulos y todo lo que él
representaba. ¡Ahí estaba! De repente Jesús le dice, “. . . el que no naciere de nuevo, no puede
ver el reino de Dios”.
Su mensaje incluye a más de una persona, aunque habla de una persona. Incluye a todo un
sistema religioso. Incluye una nación entera. Una iglesia completa. Lo incluye todo. Sabe que el
nacimiento es como todo lo que sobrevive en este mundo – toda la humanidad, la naturaleza,
inclusive la religión. Sin un nuevo nacimiento, pronto se llega a la vejez y a la muerte.
Sin el flujo de una nueva vida e inspiración, la vida del hombre muere, se marchita, se seca y no
tiene más emoción ni belleza. Oh, pero gracias a Dios por el flujo del Espíritu y la gracia de Dios
que puede tocar una vida, una iglesia, una comunidad o una nación. Gracias a Dios por la vida
que lleva fruto y tienen la habilidad de florecer y reproducirse constantemente para que la
fortaleza sea renovada día a día. ¡Aleluya!
De manera que encontramos a Nicodemo, orgulloso de su propio nacimiento. Pero Jesús
prácticamente le estaba diciendo, “Tú vienes a mí con todo lo que representas, vienes a mí con
toda la nobleza de haber nacido judío en este mundo; viene s a mí con todo honor y orgullo, aun
con todo si no eres nacido de lo Alto – tocado de lo Alto – no puedes entrar en el Reino de los
Cielos”.
Con un tañido de Su voz, un verdadero golpe de Su Palabra divina, Jesús le dice al mundo entero
que no importa cuál sea su nombre, ni de dónde venga, ni quién sea, ni dónde haya estado o que
posición tiene. A menos que sea tocado con vida de lo Alto usted no tiene vida dentro de sí ni
esperanza para usted.
C. El segundo intercambio de conversación – La dificultad humana (vv. 4-8)
1. La pregunta de Nicodemo (v. 4)
Durante el segundo intercambio de preguntas, respuestas y declaraciones, Jesús va más allá de
presentar la demanda que hizo en la primera parte de la conversación. Ahora, aquí se presenta
una dificultad humana.
La dificultad nace del corazón de Nicodemo. En una oración le dice que es imposible, “¿Cómo
puede un hombre nacer siendo viejo?” “Lo que estás diciendo es imposible. Es demasiado tarde
y el tiempo se ha ido ya, y, la nación es muy vieja y yo soy muy viejo para empezar de nuevo”.
Como usted sabe llega un momento en la vida de las personas cuando llegan a estar tan
enredados y empapados en lo que son que no ven más esperanza para comenzar de nuevo. Uno
de mis amigos cercanos siempre bromeó diciendo “tengo mi religión con el nombre de mi
esposa”. Pero una noche fue golpeado con un fatal ataque al corazón. Camino al hospital donde
murió, minutos antes de entrar al hospital, tomados de las manos, oró con su buena y fiel esposa
quien había orado por él todos esos años y había sido fiel a Dios. Él solamente dijo, “¡perdóname
Señor, perdóname Señor, perdóname Señor!”
Nicodemo dice y lucha con la pregunta, “¿En realidad puedes cambiar el mundo, la religión y el
judaísmo solamente con cambiar una persona a la vez?” Esa es la forma en que ocurre. Nos
gustaría que Dios barriera con todos los grandes poderes, los poderes evangélicos, cambiando
miles de una sola vez para el Señor, para recibirle, pero en realidad ocurre un hombre a la vez,
una mujer a la vez, un niño o una niña a la vez. El bendito amor de Jesús toca corazón tras
corazón, los transforma y los cambia en un nuevo nacimiento poderoso con el poder del Dios de
lo Alto. ¡Aleluya!
Mi deseo es que de alguna forma, de alguna manera podamos entender el mensaje y que éste
llegue a nuestros corazones como lo hizo hace algún tiempo en el corazón de nuestra niñita. Ella
lloraba por una de nuestras buenas amigas de Louisville – una dama joven y bella, una madre que
recientemente había muerto de cáncer. Nuestra niñita lloraba y preguntaba sobre esto.
De alguna forma, evidentemente la inspiración divina del Señor inspiró a mi esposa a explicarle
de la siguiente forma: “Cuando un bebé está en el vientre de su madre, si de alguna manera se le
pudiese hablar y el bebé pudiera contestar, podrías decirle a ese bebé, ‘Mira, hay un mundo lindo
y resplandeciente acá afuera. ¿No quieres nacer ahora? Sales y tienes una buena porción de
libertad y permiso. Puedes ir, ver, ser activo y desarrollarte”. Pero al pequeño bebé le provoca
quedarse en el nudo de infancia y dice: ‘Oh, no. Es cálido y cómodo aquí. Ni te atrevas a
moverme. Quiero quedarme aquí’”.
Y continuó diciéndole a nuestra niñita, “Así es la vida. Es como si estamos encerrados en un
vientre. Cuando la muerte llega, es como un nacimiento que nos saca del vientre de la oscuridad
y limitación, y, de repente nos empuja a la gloria y el poder de nuestro Señor, a una existencia
ilimitada de desarrollo, belleza, gloria, resplandor y gracia”.
¡Oh, escúcheme ahora! Cuando la vida de lo Alto nos toca, planta en nosotros la semilla de vida
eterna que nunca muere. ¡Aleluya! Usted puede encontrar la vida eterna ahora. ¡Oh, gracias a
Dios que es así!
2. La explicación de Jesús (vv. 5-8)
Jesús tuvo que explicar. De cierta manera le burló con un tipo de reproche. Le dijo, “¿Quiere
decir que eres tú maestro de Israel – un teólogo – y no entiendes estas cosas espirituales?
¿Significa que has leído las Escrituras y no sabes esto – no sabes lo que hay en la Biblia?”
Es increíble como las personas pueden estudiar la Biblia y haber escuchado el Evangelio toda su
vida y nunca han llegado a un completo entendimiento de lo que significa porque
deliberadamente endurecen sus corazones. Puede que hayan aprendido de la Biblia, pero eso es
muy dife rente a aprender a conocer al Autor de la Palabra.
Jesús dice que es el obrar del Espíritu que viene de lo Alto. Es como el viento que se mueve.
Casi puedo escucharle y ver la mente de Nicodemo regresar a los profetas. Posiblemente recordó
Ezequiel 37 y pensó cómo era posible que su nación haya alcanzado el estado de ser nada más
que un cuerpo inerte, un esqueleto yacente en la historia.
Probablemente, entonces, Nicodemo recordó como el profeta Ezequiel vino y dijo, “He aquí, yo
hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis” . Luego con un “ Así ha dicho Jehová” y la
predicación de la Palabra de Dios y el mover del Espíritu Santo la visión es desarrollada y una
nación poderosa revive y se levanta como si fueran hombres de un ejército poderoso marchando.
Pero el mensaje de Ezequiel significa más que el nacimiento de una nación. Hay una aplicación
que quiere decir que la Palabra de Dios cayendo en su vida y el Espíritu de Dios tocando su vida
puede dar aliento a los huesos secos de su desgastada existencia, puede dar aliento de vida,
fortaleza y poder en su vida. Para que usted levante su rostro bien alto y pruebe la divinidad del
poder del Dios Altísimo y transite en este mundo pero no con este mundo. Usted puede transitar
por este mundo cantando, “Este mundo no es mi hogar”.
El hermano Oscar Bassett, de la Old Rocky Hill Church (Iglesia de la Antigua Montaña
Pedregosa), solía levantarse y cantar este canto, “Este mundo no es mi hogar, yo sólo estoy de
pasada. Mis tesoros esperan más allá del sol”. Él acostumbraba ponerle cinta adhesiva a sus
anteojos para atarlos a sus receptores auditivos de manera que no se le cayeran y no perder la
línea de lectura. Pero después de que el Espíritu le tocaba su rostro se iluminaba y comenzaba a
relucir, él se olvidaba de a nteojos e himnario y pensaba que había sido tocado con vida divina de
lo Alto, que sólo pasaba por este mundo y que este mundo no era su hogar. Este hermano tenía
ciudadanía en otro mundo y lo primero que uno se daba cuenta era que a él no le importaba si era
de día o de noche, domingo o sábado. No le importaba quién o qué estaba ahí. La gloria de Dios
se registraba en su rostro y él adoraba al Dios vivo.
¡Escuche! Quiero decirle que cuando Dios nos toca con su divino Espíritu de lo Alto, de repente
nos elevamos de las cosas mundanas y nuestra fe se aferra a la divinidad, al poder y promesa
divina para ser exaltados y elevados de los míseros elementos de este mundo y trasladados al
Reino de Su preciado Hijo donde nos volvemos herederos de Dios y coherederos con Cristo
Jesús. Quiero decirle que este nuevo nacimiento es algo milagroso, maravilloso y glorioso.
¡Aleluya!
Jesús dice que es como el aliento de Dios que dio vida a los esqueletos que rodeaban el valle y
sopló donde quiso. No podemos decir en cuál dirección irá. Pero así es cualquiera que es nacido
del Espíritu. El aliento de Dios viene. Sabía usted que en el Antiguo Testamento muchas veces
“viento” es la palabra que se usa para traducir “Espíritu”. Algunas veces es la palabra “aliento”,
otras veces la palabra “tormenta”. Lo que está diciendo es que Dios da aliento, tal como Dios
tomó la forma sin vida de un hombre, que yacía en el suelo, hecho de barro, y, sopló por su nariz
el aliento de vida y llegó a ser un ser viviente. Así también en el segundo nacimiento, Dios sopla
en la vida del hombre, en todo su ser, el aliento de vida eterna, lo levanta y lo vuelve un ser
humano. El hombre ahora tiene vida eterna y vivirá para siempre.
D. El tercer intercambio de conversación – La dificultad humana (vv. 9-16)
1. La pregunta de Nicodemo
La tercera vez que él habla, Nicodemo todavía estaba perturbado y simplemente dijo, “¿Cómo
puede hacerse esto?” Nicodemo no podía entender el mensaje espiritual que Jesús trataba de
transmitirle.
2. La respuesta de Jesús
Jesús le reprochó el ser un estudiante confundido en vez de un maestro. Prácticamente le dijo,
“Yo hablo de las cosas celestiales. Lo que estás tratando de hacer es tomar las metáforas que
hemos usado, el viento, el agua, el hablar del nacimiento y pensar en términos naturales con
cosas naturales. Estás tratando de entender las cosas espirituales desde este punto de vista, pero
esa no es la forma en que lo puedes entender. No empiezas con este mundo y las cosas naturales
para ir escalando hacia Dios.”
Pablo habría expuesto y detallado este tema una y otra vez; mientras escribía especialmente a los
corintios, les habría dicho que no conocerían a Dios con sabiduría terrenal, pero tomó la locura
de la predicación para salvar al que creyera (1 Corintios 1:17-21).
No se puede comenzar con razonamiento humano. No se puede comenzar con lógica humana.
No se puede comenzar con analogía e ilustración humana he ir escalando hacia Dios. Él dijo,
“Nadie subió a los cielos” (v. 13). “Nadie ha estado ahí para averiguar sobre esto”.
De la manera que lo entendemos es porque el Hijo del Hombre ha descendido y ha venido, y, de
repente tenemos visiones de la noche en que Jacob vio los cielos abiertos y una escalera con
ángeles que ascendían y descendían, y había una gloriosa com unicación entre el Trono y la tierra
(Génesis 28:10-22). Ahora usted puede ver aquí un nuevo pórtico, aquí está la nueva Betel, la
nueva entrada a la Casa de Dios, la nueva fuente de vida. Está en Jesucristo mismo, el Hijo del
Hombre que ha venido de lo Alto (Juan 1:47-51).
Él dice, “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del
Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”
(vv. 14, 15).
Y continúa dejándonos saber que el nuevo nacimiento y la vida divina viene primeramente por
medio de revelación divina de lo Alto. “No es de este mundo pero ha sido revelado a nosotros a
través de Jesús”. Viene de lo Alto por amor “¡Porque de tal manera amó Dios! . . .” (v. 16).
Como puede ver Dios nos vio en nuestro estado degradado – en nuestra muerte – y nos amó
tanto que dijo, “Quiero que tenga vida eterna”, y es verdaderamente una vida eterna. Aquellos
que la reciben y creen en Jesús, también reciben el poder de ser hechos hijos de Dios para que no
perezcan, sino que tengan vida eterna.
Conclusión
No hablo de un acto de religión. No hablo de una experiencia emocional. Hablo de una
experiencia como la que David expresó en esos tres versículos diciendo, “Pacientemente esperé a
Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, . . .”
¡Dios mío! No sé en cuántos pozos horribles estaría en esta noche si no fuera porque Su mano
me alcanzó. Me cambió. Tal como David lo dice, me tocó con Su Espíritu y puso en mi boca
cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Ahora que he sido cambiado y tengo un cántico de
adoración y alabanza, verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová”.
Creo que tal vez nuestro mayor instrumento de evangelismo personal verdadero será una
incontenible experiencia del nuevo nacimiento que cambia y transforma nuestras vidas al punto
que otros pueden ver la vida divina en nosotros. Si tan sólo pudieran ver esto en vez de nuestras
preocupaciones, frustraciones o exasperaciones; si tan sólo pudieran ver que tenemos vida eterna
en nosotros; Creo que sería la mejor pieza bucal que podríamos tener para simplemente decirle a
las personas lo que el Señor ha hecho por nosotros.
Una señora de Louisville, que recientemente había sido salva, fue a la estación de autobús a
encontrarse con su tío, quien era un ateo. Ella no sabía que decirle. Condujeron en el auto y no
pasó mucho tiempo hasta que el tema de la religión salió a flote. Ella me contó después diciendo,
“Yo no sabía que decirle. Mi tío sabía todas las respuestas y no pude pensar en nada. Me sentí
tan mal porque no pude hablar con él. Todo lo que hice fue decirle lo que el Señor había hecho
en mí y de cómo me había cambiado”. Y él respondió, “Bueno, Dios te bendiga hermana. Eso es
lo mejor que pudiste haberme dicho”.
Muchos verán y temerán y glorificarán a Dios (Romanos 15:4-11).

En la parte final del capítulo dos, encontramos una anotación que Juan hace acerca de que Jesús había venido al templo con lo que se conocía como la purificación y limpieza del templo.
Denomination: Church of God
Author(s): F.J. May, D.Min.